Tenía un hogar donde sólo veía una casita
acogedora y nunca lo bastante limpia como para frenarme en mis
labores domésticas diarias.
Tenía un Dios todopoderoso y misericordiosísimo
donde sólo veía una iglesia cuya cúpula que pretendía poder
terrenal y que era misericordiosa, sí, pero más con quienes no lo
merecían que con las inocentes víctimas de los primeros
Tenía un gobierno soberano donde yo sólo veía la
decadencia de la política y un esbozo muy poco claro de democracia.
Tenía una patria entera para mí donde yo sólo
veía un cerco de fronteras condenándome a una rica cultura que
anhelaba ser reconocida y tolerada pero se negaba a ser realmente
tolerante.
Tenía la libertad, aunque enfrascada en una vida
segura y sin sobresaltos, que un día llego a su buen fin con sabor a poco
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