lunes, 19 de noviembre de 2012

Era feliz, pero no lo sabía


Tenía un hogar donde sólo veía una casita acogedora y nunca lo bastante limpia como para frenarme en mis labores domésticas diarias.


Tenía un Dios todopoderoso y misericordiosísimo donde sólo veía una iglesia cuya cúpula que pretendía poder terrenal y que era misericordiosa, sí, pero más con quienes no lo merecían que con las inocentes víctimas de los primeros


Tenía un gobierno soberano donde yo sólo veía la decadencia de la política y un esbozo muy poco claro de democracia.


Tenía una patria entera para mí donde yo sólo veía un cerco de fronteras condenándome a una rica cultura que anhelaba ser reconocida y tolerada pero se negaba a ser realmente tolerante.


Tenía la libertad, aunque enfrascada en una vida segura y sin sobresaltos, que un día llego a su buen fin con sabor a poco

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